Por aquella primavera
de 1964, con veinte añitos y comenzando mi vida docente en el Colegio
San Calixto de Plasencia, mi amigo y camarada arqueológico Jose Luis Blanco
Fernández nos propusimos excavar una de las tumbas del Berrocal placentino que
quedaban por descubrir, en el lugar conocido como Cementerio Judio. Aquello
entre la gente que ignoraba la existencia de tan visible lugar dio pábulo a que se encontraba por primera
vez tal yacimiento arqueológico, originando alguna reacción entre los vetustos
estudiosos que consideraron que éramos José Luis y yo, los que nos arrogábamos
ese honor cuando era conocido de antaño por los iniciados en los temas de la
historia y la arqueología local.
Por tal motivo emitimos la nota de prensa en la que aclarábamos
el asunto, como puede leerse en la reproducción que hago del recorte del
semanario El Regional.
Lo que si conservo es unos dibujos con medidas de la labor
que hicimos quedando constancia de nuestra tarea. Y como se puede leer fue un 11
de abril de 1964, hace cincuenta años, cuando ilusionadamente excavamos la
tumba y tomamos todos los datos. Creo recordar que hicimos algunas fotografías
de la tumba pero aún no me han aparecido entre los papeles por clasificar de mi
archivo.
Aprovecho para dedicar un grato recuerdo a D.
MarcelianoSayans Castaños, que nos soportó a su lado en
aquellos juveniles años y puso a nuestra disposición toda su biblioteca y
conocimientos. Medio siglo después recuerdo con mucho agrado las tardes de los
sábados y los domingos buceando entre libros o pateando los entornos
arqueológicos de Plasencia.
Era en pleno paleolítico. Acabábamos de salir del cascarón
ResponderEliminarYa lo creo amigo PEPE, éramos unos "pipiolos". Un abrazo
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